Latín, grafía y pronunciación
El latín usaba una grafía derivada del alfabeto griego occidental que a su vez derivaba del fenicio, el más antiguo alfabeto elaborado por el hombre.
Los romanos toman su alfabeto de los griegos, adaptándolo a las propias exigencias, de hecho eliminan por ejemplo, algunas letras griegas no esenciales como θ, ζ, φ e insertaron otras no presentes en el griego como f y u. En su historia milenaria la lengua latina sufre notable influencia del griego, ya sea por razones estrictamente prácticas legadas a los cambios comerciales o ya sea por razones culturales. Estas eran las letras del alfabeto latino, inicialmente solo capitales es decir, mayúsculas.
A B C D E F (G) H I (K) L M N O P Q R S T V (Y) (Z) La letra G inicialmente no existía en latín: una pequeña consecuencia de esa ausencia permaneció también en el periodo clásico en la abreviación -C.- por Gaius y -Cn.- Por Gnaeus. La G latina viene creada a mitad del siglo III a.C. modificando el signo C. Las últimas dos letras son añadidas al final de la edad republicana por trascribir el helenismo que contenían los fonemas /y/ y/z/, inexistentes en el latín clásico. El alfabeto latino en este periodo no contaba con las minúsculas, estas aparecen más tarde, ni tenía ´J´ e ´U´ que se remontan al Medioevo. Actualmente para la pronunciación del latín están en uso dos métodos, uno sigue la pronunciación eclesiástica tradicional y el la otra la restituta. En los países neolatinos católicos, sobre todo en Italia, prevalece la pronunciación eclesiástica, consolidada por la Iglesia Católica en el uso eclesiástico romano (y recomendada por el Papa Pio X a todo el mundo católico) que refleja en larga medida aquella que fue efectivamente la pronunciación del latín en una fase precisa (aunque tardía) de la historia y que se ha mantenido por una tradición ininterrumpida. En los países germánicos, por el contrario, prevalece la considerada pronuntiatio restituta, es decir, una pronunciación que se considera muy similar a aquella del latín clásico. La discusión sobre estas dos formas de pronunciación continúa abierta, indudablemente la restituta debería ser más cercana a la pronunciación de la edad clásica, che podemos reconstruir con suficiente seguridad a través de testimonios diversos, como las indicaciones sobre la pronunciación que encontramos en los escritos latinos, en particular en los gramáticos, las inscripciones del griego al latín y viceversa Es verdad que la Iglesia ha adquirido el latín hablado por el pueblo, y no ha inventado una nueva pronunciación: en efecto la pronunciación eclesiástica es más cercana al italiano moderno, porque las modificaciones de la fonética latina, si bien, no reflejadas en la escritura, fueron conservadas en la lengua oralmente hasta los primeros escritos en italiano. Además, como sucede también hoy con los idiomas hablados en grandes territorios, la pronunciación de ciertos sonidos puede ser diversa de localidad a localidad. Por lo tanto no se puede excluir del todo que la pronunciación eclesiástica y la pronuntiatio restituta, estuvieron vivas, ante todo, en épocas diversas y también que hayan convivido en el mismo periodo en regiones diversas, o también en los mismos lugares, pero en diversas clases sociales. Este es el sistema fonológico del latín Clásico: Vocales Las vocales son a, e, i, o, u, y. Se distinguen por vocales largas y vocales breves. Las vocales largas son marcadas de una línea en sobre posición, en tanto que las breves de un signo semicircular: ā / ă. En latín las vocales breves deben ser pronunciadas más abiertas que las vocales largas. La letra y se pronuncia como la u francés o la ü alemana, sonido que se puede reproducir fácilmente cerrando las labios en forma de o y pronunciando u o si se prefiere pronunciando i. Esta pronunciación está en uso en la restituta, mientras que en la pronunciación eclesiástica se lee como i Diptongos Un diptongo se compone de dos vocales unidas en una misma sílaba. En latín clásico los dos sonidos permanecían distintos (como hoy se usa en la restituta) y el acento caía siempre en la primera vocal. Los diptongos que encontramos en las palabras laas son:
ae que en la pronunciación eclesiástica se lee e abierta, mientras que en la restituta mantiene los sonidos distintos. oe que en la pronunciación eclesiástica se lee e abierta, mientras que en la restituta mantiene los sonidos distintos. au que se lee siempre con los dos sonidos distintos. ui que se lee siempre con los dos sonidos diferentes. eu y, yi, que se encuentran solo en las palabras de derivación griega y se leen con dos sonidos distintos. Consonantes Para las consonantes la pronunciación eclesiástica tradicional, bastan pocas advertencias: La h es muda, es decir no se pronuncia de hecho, ya sea al inicio que en el cuerpo de la palabra (herba, nihil); Los grupos ch, ph y th se leen respectivamente como k, f y t (Christus, philosophia, theatrum); La s intervocálica se pronuncia normalmente sonora (rosa, asinus), mientras que es sorda al inicio del segundo elemento de la palabra compuesta (de-siderium, prae-sum); El grupo ti seguido de vocal se lee zi (gratia, tertius); pero se lee ti después de t, s, x, en las palabras de origen griego y cuando sobre la i cae el acento (bestia, Miltiades, totíus): La x suena k+s pero se lee g+s sonora en el grupo inicial ex +vocal (exercitus, exire) y en la palabra auxilium; La z se pronuncia siempre sonora (zephyrus) En este curso usaremos siempre y solamente la pronunciación eclesiástica tradicional. Resumamos de todas formas las principales características de la pronunciación restituta 1. (non existe el sonido [v] fricativo,) el signo grafico ´V´ es pronunciado como [u] o [w] (u semivocalica): por ejemplo VVA (uva) que se pronuncia [´uwa]; idem VINVM (vino), pronunciado [winum] y así en adelante.
2. la ´T´ seguida de ´I´ se pronuncia [t]: por ejemplo GRATIA se pronuncia [´gratia].
3. Los diptongos ´AE´ e ´OE´ se pronuncian [ae] e [oe]: por ejemplo CAESAR (Cesare) se pronuncia [´kaesar]. 4. la letra ´H´ exige aspiración al inicio de la palabra (no en el cuerpo) y ´PH´, ´TH´ y ´CH´, transliteración de las letras griegas φ, θ e χ, se deben pronunciar como [p], [t] o [k] seguida de aspiración. (la pronunciación de ´PH´ sonará [f], y análogamente ´PPH´, transliteración del grupo griego πφ, no se pronunciará [ppʰ], sino [f:].)
5. la ´Y´ es la transcripción del homónimo signo griego; por tal motivo va pronunciado [y], es decir, como una u francés o una ü alemana o bien como u lombarda.
6. el grupo ´VV´ (´UU´) seguida de consonante se pronuncia [wo] o bien como una sola [u] en el grupo ´QVV´ (o ´GVV´), donde la primera ´V´ no hace sílaba, o también [uo] donde las dos vocales son intensas como dos intensas vocales: por ejemplo EQVVS (caballo) si pronuncia [´ekwos] oppure [´ekus]. Anque la grafía, como dicen varias fuentes, justifican esta situación: el grupo ´VV´ también se escribía como ´VO´ hasta la época agustiniana; el grupo ´QVV´ (y por consecuencia ´GVV´) en el siglo I d.C. tenía la doble grafía ´QVO´, que se pronuncia [kwo], y ´QVV´, que se pronuncia [ku].
7. la letra ´S´ se pronuncia siempre [s], es decir sorda, como en la palabra italiana semplice y como hoy se pronuncia en español: por ejemplo ROSA que se pronuncia [´rɔsa].
8. Las consonantes ´C´ y ´G´ presentan solamente un sonido velar, es decir se pronuncian siempre [k] y [g], y nunca [tʃ] y [dʒ], un ejemplo de esto es ACCIPIO que se pronunciará [ak´kipio] e non [at´tʃipio]. El acento En latín el acento tónico de las palabras cae siempre en la penúltima o antepenúltima sílaba. Existen pocas excepciones en las cuales cae en la última (illìc, illùc, adhùc). Por consecuencia las palabras que tienen dos sílabas, son siempre acentuadas en la primera (ròsa, àmo, òro, lègo, párvus), mientras aquellas que tienen más de dos sílabas son acentuadas en la penúltima, si esta termina con vocal larga o diptongo o en consonante (Latìna, agenda), en cambio son acentuadas en la antepenúltima si la penúltima termina con vocal breve (lègĕre, dicĕre). Para colocar el acento de las palabras latinas es necesario observar la cantidad de la penúltima sílaba, que es larga o breve por naturaleza, característica que se puede saber consultando el diccionario, si el texto que estamos leyendo no indica la cantidad. División en sílabas Una consonante singular hace siempre sílaba con la vocal siguiente (ro-sa; Ro-ma, La-ti-nus). Si una vocal es seguida de dos o más consonantes, la última consonante pertenece a la sílaba siguiente (sep-tem, Oc-to-ver); esta regla en latín vale también para el grupo de consonantes que inician con s (pis-cis, fe-nes-tra). Los grupos ch, ph e th son tratados como consonantes singulares (phi-lo-so-phia). Las consonantes p, b, t, d, c, g, f no se separan de l y r que le siguen (la-cri-ma, pu-bli-cus) Dos vocales consecutivas vienen asignadas a silabas diversas, a menos que formen uno de los diptongos (ae, oe, au, eu, yi), por lo tanto dividiremos (lae-tus, au-rum- ma, I-ta-li-a, Sul-pi-ci-us).