Actividades económicas, paisajes y vida cotidiana durante la Colonia y el Virreinato en Quintana Roo
Durante la guerra de conquista los españoles fundaron varias poblaciones en las que repartieron encomiendas con el objetivo de recibir tributos de parte de los mayas.
Por ello, la encomienda se convirtió en la base de la organización social y económica de la sociedad colonial.
¿Te acuerdas que durante la época prehispánica los campesinos mayas pagaban tributo a sus gobernantes y sacerdotes? La encomienda se adaptó a esta costumbre, el único cambio fue que ahora la entrega la hacían a los españoles encomenderos, a la Corona española y a los curas.
Además, aunque el gobierno español prohibió el maltrato de los mayas encomendados, en ocasiones éstos sufrieron abusos de parte de los españoles porque les exigían una mayor cantidad de tributo o porque eran obligados a trabajar en labores ajenas a la encomienda.
Debido a que los españoles no introdujeron en la península de Yucatán nuevas actividades económicas (como la plantación de caña de azúcar, la ganadería o la minería), la fuente de ingresos de los conquistadores se basó en el tributo proporcionado por los mayas, obtenido a través de la milpa tradicional y de labores artesanales, actividades que desempeñaban desde la etapa prehispánica.
Acerca de la pobreza o la riqueza de los españoles, podemos asegurar que dependían del número de mayas tributarios que cada uno mantenía bajo su protección. Esto significaba que entre más nativos tuviera un encomendero mayor cantidad de tributo recibiría. Sin embargo, como producto de la conquista de la provincia de Chactemal, la población disminuyó por la muerte o la huida de los mayas hacia lugares fuera del alcance de los conquistadores, así como el traslado forzoso de los habitantes a lugares donde los españoles tenían un mayor control sobre la población nativa, como era la zona cercana a Mérida.
El resultado de todo esto fue que el número de mayas disminuyó de 216 000 a tan sólo 6 500. Al respecto, el conquistador Juan Farfán reconoció que Francisco de Montejo le había repartido encomiendas en Bacalar, pero debido a lo improductivo de la tierra las abandonó. Por esta misma causa el conquistador Melchor Pacheco se retiró de Bacalar.
Otro ejemplo de la pobreza en Bacalar fue el caso de Juan Delgado. En 1574 comentó que, debido al bajo número de mayas que tenía, sufría de carencias para sostener a su familia, ya que al año apenas obtenía 100 pesos de tributo.
Para darnos una idea del ingreso necesario para mantener a una persona en Bacalar, en 1599 el cura de este lugar tenía un sueldo que fluctuaban entre 300 y 350 pesos anuales; cantidad que triplicaba lo que Juan Delgado obtenía de su encomienda. Esta situación nos ayuda a comprender por qué durante el Virreinato Bacalar tuvo pocos habitantes. En 1548 era una villa de apenas ocho vecinos españoles.